Nistagmo o temblor en el ojo

¿QUÉ ES EL NISTAGMO O TEMPLOR DE OJOS?

Se denomina nistagmo a la oscilación rítmica de los ojos, similar a un temblor, que se da de forma involuntaria e incontrolable. Este movimiento de los ojos puede ser tanto horizontal,  vertical o  en rotación, y afectar a uno o a los dos.  El nistagmo se considera patológico cuando aparece en la mirada de frente.

Es importante no confundir el blefaroespasmo (temblor de párpados, muy frecuente y de escasa importancia normalmente), con el nistagmo o temblor del ojo.

Según el momento de aparición hay dos tipos principales de nistagmo:

  • Nistagmo congénito o infantil: aparece al nacimiento o en las primeras semanas de vida y dificulta mucho el desarrollo visual. Puede asociarse a enfermedades oculares.
  • Nistagmo adquirido: es importante investigar su causa, generalmente va asociado a enfermedades neurológicas.

SÍNTOMAS DEL NISTAGMO

  • Temblor ocular  (a simple vista se observa sólo si es llamativo)
  • En el nistagmo congénito se produce baja visión
  • En el nistagmo adquirido se perciben los objetos en movimiento o temblando (oscilopsia)
  • Sensibilidad a la luz, mareos y dificultad para ver en la oscuridad
  • Tortícolis: en ocasiones, girando la cabeza se bloquea el movimiento, por lo que se observa tortícolis en las personas que lo sufren

CAUSAS  Y FACTORES DE RIESGO DEL NISTAGMO

A menudo las causas del nistagmo son desconocidas, pero en otros casos está asociado a:

  • Problemas neurológicos
  • Patologías oculares o del oído

Según el tipo de nistagmo (congénito o adquirido) las causas varían:

  • Nistagmo congénito: puede no tener causa, hay casos familiares,  asociarse a enfermedades oculares con baja visión (albinismo, amaurosis congénita de Leber), a estrabismo, o a tumores del sistema nervioso.
  • Nistagmo adquirido: suele aparecer como signo de enfermedades neurológicas (tumores, lesiones desmielinizantes, traumatismos o  lesiones cerebrovasculares). También por trastornos del oído interno como la laberintitis o la enfermedad de Meniere.
  • A veces, existe la posibilidad de que aparezca nistagmo autolimitado debido a consumo de ciertos fármacos, de drogas o de alcohol.

Existe también cierta predisposición genética por lo que es importante ver los antecedentes familiares.

Es imprescindible realizar una exploración oftalmológica completa y valorar si se precisan pruebas o exploraciones complementarias para descartar todas las causas que puedan estar generándolo, tanto oculares (estrabismo, enfermedades retinianas o del nervio óptico) como neurológicas (exploración neurológica, vestibular, resonancia magnética nuclear…).

¿SE PUEDE PREVENIR EL NISTAGMO?

No es posible una prevención activa. Debe acudirse al oftalmólogo ante la mínima sospecha, quien realizará exámenes oculares completos. En algunos casos también deberán efectuarse revisiones del oído y neurológicas.

TRATAMIENTO DEL NISTAGMO

Inicialmente hay que valorar si el nistagmo se debe a alguna causa y si dicha causa es tratable (enfermedades neurológicas o vestibulares). En muchos casos no existe causa tratable y tenemos que valorar si es posible tratar las complicaciones que genera,  como el tortícolis, posición anómala de la cabeza para situarse en la posición en la que menos temblor ocular existe. En estos casos el paciente sufre dolores de cuello y está incómodo por tener que mantener esa posición para alcanzar la mejor visión posible.

La posición de bloqueo del nistagmo en algunos casos se puede trasladar a la mirada de frente para corregir el tortícolis mediante cirugía. A veces se hace una prueba previa con toxina botulínica, que funciona solo de modo temporal.

El objetivo del tratamiento es enlentecer el movimiento asociado al nistagmo,  mejorar los problemas de visión, y corregir el tortícolis si se está produciendo.

El nistagmo infantil o congénito dificulta mucho un correcto desarrollo visual en los niños. No es posible eliminarlo completamente, y hay que intentar rehabilitar la visión al máximo con gafas, tratar la ambliopía si la hay, y el tortícolis. En niños pequeños se puede plantear inyecciones de toxina botulínica y cirugía de estrabismo para frenar el movimiento y facilitar el desarrollo visual. La toxina botulínica tiene un efecto temporal y es menos agresiva mientras que la cirugía tiene un efecto permanente pero es más molesta.